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La vacuna contra el COVID-19 evita que nos enfermemos, pero todavía podemos contagiar a otros

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Vive NW

Una mujer que se negaba a usar una máscara en un vuelo de American Airlines, el domingo pasado, fue captada en un video gritándole a la tripulación del avión y otros pasajeros, alegando que ya había sido vacunada. El incidente tuvo lugar en el vuelo 2198 de Charlotte, en Carolina del Norte, a Washington, Distrito de Columbia.

“Si están tan asustados, no deberían estar sentados aquí. ¡Ya tuve el virus y ya tengo la vacuna y la gente debe ponerse de pie! ¡Esto es tiranía y esto está mal! ¡Esto está mal! Si no nos ponemos de pie, solo empeorará”, se le escucha decir a la mujer en el video publicado en una cuenta de Twitter.

Los alguaciles aéreos federales intervinieron para controlar la situación durante el resto del vuelo y el avión aterrizó sin más incidentes.

Desde mayo pasado, las aerolíneas estadounidenses comenzaron a exigir a sus clientes que se cubran la cara mientras están a bordo de un avión. Varias aerolíneas anunciaron que podrían negar viajes futuros a los clientes que se nieguen a usar una cubierta facial durante sus vuelos y, de hecho, American indicó que la mujer del incidente fue incluida en su lista de rechazos, en espera de una mayor investigación.

La situación abrió un nuevo debate sobre el uso de las máscaras faciales, incluso cuando muchas personas han comenzado a recibir la vacuna contra el COVID-19. La llegada de las vacunas es un importante paso para frenar la propagación del virus, pero no significa que los días de usar cubrebocas se terminaron.

Las vacunas Pfizer y Moderna requieren dos dosis, con unas tres o cuatro semanas de diferencia entre cada una. Después de eso, las vacunas también necesitan tiempo para que nuestro cuerpo ‘aprenda’ cómo combatir el virus. Una vez que eso pasa, nuestro sistema inmunológico sabrá cómo bloquear el virus si estamos expuesto a él.

No obstante, según han explicado los expertos en salud, la vacuna previene que usted se enferme, pero no evitará que sea portador del virus y pueda contagiar a otra persona.

De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), hasta ahora se han distribuido más de 9.5 millones de dosis en Estados Unidos, de los cuales se han administrado casi dos millones. Sin embargo, es indispensable que las personas sigan manteniendo el distanciamiento social y usen cubrebocas, incluso después de estar vacunadas.

Esto tampoco significa que deberemos usar cubrebocas por siempre, pero sí por un tiempo más. Analistas estiman que alrededor del 70 por ciento de la gente en EE.UU. debe vacunarse antes de que se logre la inmunidad colectiva a través de la vacunación. 

La inmunidad colectiva es cuando suficientes personas tienen la protección inmunológica para que el virus no se propague más. Esto significa que unos 230 millones de personas en Estados Unidos deben recibir la vacuna para alcanzar la inmunidad colectiva. 

Las estimaciones más optimistas sugieren que no será sino hasta fines de la primavera o principios del verano que la mayoría de la gente recibirá la vacuna. Es hasta ese momento que podríamos vernos sin máscaras.

Pero la rapidez con la que se alcance la inmunidad colectiva dependerá de la producción, distribución y voluntad de la gente para recibir la vacuna –hay muchas personas que no están dispuestas a ponérsela–.

Por ello, la mejor manera de establecer expectativas realistas sobre cómo será la transición hacia un regreso a la ‘normalidad’ es pensar que esto sucederá paulatinamente. 

Los especialistas en salud hablan de tres etapas: la primera es que nuestra ‘burbuja’ (familiares y amigos cercanos) reciban la vacuna. La segunda es que nuestra comunidad (ciudad o estado) alcance la inmunidad colectiva, donde suficientes personas están protegidas contra la infección para que el virus no pueda provocar fácilmente nuevos brotes. 

La última etapa es que se alcance la inmunidad colectiva a nivel internacional, lo que es el desafío más complicado, ya que no todos los países tienen los recursos –tanto logísticos como económicos– para que eso suceda pronto. En las condiciones actuales, es muy probable que eso no suceda este año.

Mientras eso sucede, incluso las personas vacunadas deben asumir que pueden infectarse y transmitir el virus. Eso significa que deben seguir usando cubrebocas y mantener el distanciamiento social cuando estén cerca de personas que no han sido vacunadas.

Alejandro Cortés