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Oregon tiene fama de ser un territorio plagado de frondosos árboles, y su fama es bien merecida.
Pero en este paradisiaco y verdoso estado, hay un lugar en particular que se levanta en lo alto sobre muchos otros: el Forest Park, uno de los mejores bosques metropolitanas de todo el país, donde miles de personas disfrutan de carreras matutinas, andar en bicicleta, o pasear con sus perros.
A solo 10 minutos en coche del centro de la ciudad, el bosque domina la principal vía fluvial de Portland, el río Willamette. Con 5,200 acres y más de 70 millas de senderos para caminar, Forest Park es uno de los bosques de ciudad más grandes de Estados Unidos.
Pero, ¿cómo es que la mancha urbana de Portland no logró expandirse a este gigantesco pulmón metropolitano?
Según el proyecto Forest Park Conservancy, en 1851 los colonos de Portland intentaron talar la tierra; sin embargo, debido a las pronunciadas pendientes y al sedimento suelto de la lluvia anual, la tierra era imposible de urbanizar.
Los lugareños no estaban seguros de qué hacer con la tierra hasta que Thomas Eliot, un líder cívico de fines del siglo XIX, propuso preservar el bosque y hasta la fecha el área es accesible a todos las personas de la región metropolitana de Portland y sus alrededores.
Con una amplia gama de árboles y una maleza considerable, el parque sirve como purificador de aire natural, colector de agua y controlador de erosión, además de que se puede encontrar una gran cantidad de vida silvestre, con más de 112 especies de aves y 62 de mamíferos.
Probablemente no sea una sorpresa para nadie que los senderos del Forest Park estén llenos de inspiración. ¿Qué mejor metáfora para cualquiera de los viajes de la vida que un sendero?
Y precisamente uno de los senderos más populares es el Wildwood Trail, un recorrido de 30 millas que es parte del sistema de caminos de la región que une al Forest Park con rutas peatonales y senderos a lo largo del río Columbia y hasta Gresham, a lo largo del sureste de Portland.
Uno de los puntos de mayor atractivo en el camino es la Casa de Piedra, una estructura construida a mediados de la década de 1930 como un baño público. Pero una severa tormenta en octubre de 1962 destruyó parte del drenaje; con el paso del tiempo la construcción se deterioró y hoy en día es uno de los lugares favoritos para descansar a lo largo del camino.
Aunque técnicamente es un parque de ciudad, en realidad tiene el aura de la vida salvaje. En los días calurosos de verano, cuando las calles están hirviendo y se respira aire caliente, las hojas que se doblan con la brisa son el refugio perfecto.
Los árboles observan desde lo alto a la ciudad. Al subir a los puntos más elevados se encuentra menos gente y se tiene un contacto más cercano con la naturaleza. Al caminar bajo las hojas puedes sentir la suavidad del suelo; bajo los pies, las agujas de pino en los senderos; y el aire que respiras tiene una frescura a la que no estás acostumbrado.
También hay caminos para bicicletas de montaña y quienes han tenido suerte han visto alces en algunas zonas del parque. Los helechos en forma de espada a menudo crecen profusamente debajo de los árboles, y en ciertos lugares hay un silencio total al que no estamos acostumbrados por la dinámica urbana.
Al ser un parque tan grande, existen muchos puntos de interés que se pueden visitar, y a continuación enlistamos algunos de los más populares:
- Para una buena vista: Recorre el Ridge Trail
- Para una caminata intensa: Del Tolinda Trail hacia el Waterline Trail
- Si es tu primera vez: Del Lower MacLeay Trail hacia la Casa de Piedra (Stone House)
- Si te gustan los árboles: Recorre el Loop del Maple Trail
- Para una caminata silenciosa: Comienza en el Firelane 15 y recorre el Wildwood Loop
- Para salir a trotar: Recorre el Dogwood Loop
- Para un picnic: Encuentra una mesa a lo largo del Nature Loop
- Para observar aves: Camina por el Audubon Society Loop
Alejandro Cortés