Ya sea que tienes ganas de alejarte del bullicio de la zona metropolitana de Portland, o simplemente estás buscando aguas frescas para remar y olvidarte del calor primaveral con tintes de verano, te recomendamos que te des una escapada a las cataratas Willamette, en Oregon City.

Willamette Falls es la segunda cascada más grande por volumen en Estados Unidos (solo detrás de las cataratas del Niagara). Durante más de un siglo, el impresionante sitio ha estado cerrado al público por la infraestructura industrial construida a lo largo de la orilla del agua desde el siglo XIX.

Sin embargo, eso ha venido cambiando en años recientes; actualmente, se están diseñando espacios públicos que permitirán a los visitantes redescubrir la belleza de esta imponente catarata, que es la más grande del noroeste del Pacífico y la decimoséptima más ancha del mundo.

Las Willamette Falls se conforman de un bloque de agua en forma de herradura que se sumerge más de 40 pies sobre una repisa de basalto, pero en épocas de mucha agua (si llueve muy fuerte o hay inundaciones), solo se pueden ver unos 10 pies de la cascada.

Las cataratas, que atraviesan el río Willamette entre Oregon City y West Linn, fueron drásticamente alteradas por la actividad humana durante los últimos 150 años. A su alrededor se construyeron varias fábricas, la primera de ellas en 1866. La última fábrica construida ahí, la Blue Heron Paper Company, cerró en 2011.

Sin embargo, ese entorno industrial hace que la belleza natural de las cataratas resalte un poco más. Una vez que las personas experimentan el río, se enamoran de su imponente fuerza.

De hecho, recientemente se ha convertido en un popular punto para practicar el paddling. El remo corto hasta la base de las Willamette Falls no solo proporciona la mejor vista de la monstruosa cascada, sino que también es un recorrido revelador de la ciudad más antigua de Estados Unidos al oeste de las Montañas Rocosas.