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La gobernadora de Oregon, Kate Brown, anunció un plan de recuperación económica de 10 puntos que tiene como objetivo ayudar a las familias y empresas en todo el estado, con un enfoque en las personas de color, afectadas financieramente por la pandemia del coronavirus y los incendios forestales del 2020.
El marco de la iniciativa fue desarrollado con aportes del Consejo de Asesores Económicos de la gobernadora, así como el Consejo de Justicia Racial, con un enfoque específico en el apoyo estratégico a las comunidades negras, indígenas y de color, según la oficina de Brown.
La mandataria dijo que el estado está programado para recibir $6.4 mil millones en fondos del paquete de estímulo COVID-19 recientemente aprobado por el Congreso, que debe invertirse de una manera que “maximice los esfuerzos de recuperación económica para los oregonianos este año, mientras que también aborda las actuales disparidades que fueron exacerbadas por la pandemia”.
Brown también describió las bases para el uso de los recursos federales del Plan de Rescate Estadounidense (ARP), para guiar a las agencias estatales y los gobiernos locales en la distribución de inversiones que maximicen de forma equitativa los beneficios inmediatos para los habitantes de Oregon.
“Gracias en parte a la aprobación del Plan de Rescate Estadounidense, las perspectivas de Oregon para una rápida recuperación económica son sólidas, si actuamos rápidamente para brindar alivio a los habitantes de Oregon”, dijo Brown. “Tenemos la oportunidad de ayudar a las familias y empresas de Oregon, mediante la inversión inmediata de recursos estatales y federales para ayudarlos a recuperarse de los devastadores impactos económicos de la pandemia del COVID-19”.
A continuación, se enlista el Plan de 10 Puntos de la gobernadora, el cual busca una rápida recuperación económica con un enfoque equitativo:
- Invertir en los trabajadores más afectados de Oregon (aquellos actualmente desempleados o subempleados).
- Reinvertir en viviendas innovadoras.
- Apoyar a las comunidades rurales.
- Apoyar a la fuerza laboral de Oregon (aquellos actualmente empleados, pero con dificultades).
- Crear oportunidades para los habitantes de Oregon (desarrollo de la fuerza laboral).
- Ayudar a que las pequeñas empresas se recuperen.
- Invertir en la infraestructura de Oregon.
- Que los oregonianos inviertan en Oregon.
- Reapertura segura de la economía de Oregon.
- Innovación en la manufacturación.
Estos principios y el Plan de 10 Puntos son solo la base de las conversaciones con la legislatura estatal, las partes interesadas de la comunidad, y el Consejo de Asesores Económicos de la Gobernadora para determinar el proceso sobre cómo se distribuirá el dinero proveniente del ARP.
“Tenemos la oportunidad de ayudar a las familias y empresas de Oregon a invertir inmediatamente recursos estatales y federales para ayudarlos a recuperarse del devastador impacto económico de la pandemia del COVID-19”, dijo Brown en un comunicado. “Debemos hacerlo creando un Oregon más justo y equitativo, ayudando a las comunidades que se han visto afectadas de manera desproporcionada por la pandemia y los incendios forestales. Al enfocar nuestros esfuerzos de recuperación en la equidad, podemos apoyar el crecimiento económico de las comunidades negras, indígenas, latinas, asiáticas, de las islas del Pacífico, nativas americanas y tribales de Oregon”.
Oregon fue uno de los estados del país con más restricciones y medidas de seguridad contra el COVID-19, con el cierre de la economía del estado en marzo pasado y las empresas (restaurantes, gimnasios y lugares de entretenimiento bajo techo) nuevamente obligadas a cerrar sus puertas en noviembre durante varias semanas.
Desde el comienzo de la pandemia, Oregon ha pagado alrededor de $8 mil millones en beneficios por desempleo. Solo entre marzo y julio de 2020, más de 500 mil personas presentaron reclamaciones por desempleo en el estado, lo que provocó importantes retrasos en la recepción de fondos.
Además, en medio de la pandemia, el estado enfrentó otro desafío devastador: los incendios forestales, los cuales quemaron más de 1 millón de acres, y al menos 4 mil casas fueron destruidas; de hecho, hay algunas personas que siguen desplazadas.
Alejandro Cortés