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El presidente electo Joe Biden enviará al Congreso un proyecto de ley de reforma migratoria que incluye un camino de ocho años hacia la ciudadanía, con la intención de cumplir una promesa de campaña de corregir la política migratoria desde su primer día en la presidencia.
El plan, que también tiene como objetivo abordar la causa principal de la migración desde países de Centroamérica y mejorar el uso de tecnología en la frontera, se enviaría al Congreso este miércoles, inmediatamente después de la inauguración de Biden.
El proyecto de ley ofrecería uno de los caminos más rápidos hacia la ciudadanía para los cerca de 11 millones de inmigrantes indocumentados: aquellos que vivan sin papeles en Estados Unidos tendrían un camino de cinco años hacia un estatus legal temporal o una tarjeta verde (Green Card), supeditado a una verificación de antecedentes, el pago de impuestos y otros requisitos.
El enfoque en Centroamérica refleja el mensaje que Biden ha transmitido a los líderes de la región, y es que abogará por cambios de política dirigidos a evitar que miles de migrantes vengan a Estados Unidos en busca de refugio debido a las difíciles condiciones que enfrentan en su país.
La vicepresidenta electa Kamala Harris había hablado la semana pasada sobre el plan migratorio, el cual también ampliaría las protecciones para los Dreamers y los beneficiarios de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Biden prometió durante su campaña de elección que haría de la reforma migratoria una prioridad como presidente, una medida que iba directamente en contra de la retórica y política contra la migración que definieron los cuatro años del presidente Donald Trump en el cargo.
Muchos activistas en favor de los derechos de los inmigrantes estaban preocupados por la llegada de Biden a la presidencia, debido a las deportaciones masivas que ocurrieron durante los primeros cuatro años de Barack Obama en la presidencia, cuando Biden era vicepresidente. Sin embargo, desde tiempo atrás el presidente electo dijo que “corregiría” ese error.
“Cometimos un error. Tomó demasiado tiempo hacerlo bien”, dijo Biden durante el debate presidencial del pasado 23 de octubre.
Sin embargo, para evitar una ola de migración masiva a la frontera entre México y Estados Unidos, la propuesta establece que los posibles beneficiarios de este plan deben haberse encontrado viviendo en el país el 1 de enero de 2021. Cualquier persona que haya llegado después de esa fecha, no podrá beneficiarse de la ley, si es aprobada.
No obstante, pese a la buena voluntad y un plan bien armado, Biden y los demócratas aún necesitarán el apoyo de algunos republicanos en el Senado para convertir la propuesta en ley, poniendo a prueba el tono de campaña de Biden de que buscaría obtener apoyo bipartidista en sus esfuerzos legislativos.
Intentos anteriores por aprobar una reforma migratoria, como el impulsado por la administración de Obama en 2013, han fracasado. Aquella vez, el Senado –con el apoyo de 14 republicanos– aprobó una propuesta de reforma migratoria, pero la Casa de Representantes, entonces controlada por los republicanos, no la aprobó.
Desafortunadamente, el Partido Republicano actualmente tiene varios miembros alineados con las políticas antiinmigrantes del presidente saliente, lo que dificultará la aprobación de la propuesta que presentará la nueva administración.
Dado al estrecho margen de ventaja de los demócratas en ambas cámaras, casi toda la legislación (excepto la que tiene que ver con temas de presupuesto y gasto) debe ser bipartidista para aprobarse. Debido al llamado filibuster, para que una ley sea aprobada en el Senado se requieren 60 de 100 votos posibles. En este momento los demócratas tienen 50 asientos más el voto de Harris en caso de empate.
Pero cualquiera que sea el caso, se espera que la política migratoria cambie drásticamente una vez que Biden asuma la presidencia. El jefe de gabinete entrante, Ron Klain, escribió en un memorando que en sus primeros 10 días en el cargo, Biden comenzará el proceso de reunificación de las familias separadas en la frontera entre Estados Unidos y México.
Personas allegadas a Biden han revelado que el presidente electo también emitirá una orden ejecutiva para detener la construcción del muro fronterizo. Otra orden ejecutiva que el nuevo presidente firmaría en los próximos días sería para eliminar la prohibición de viajar a Estados Unidos a personas de siete países mayormente musulmanes, una medida que Trump puso en marcha en 2017.
Alejandro Cortés