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La Carretera de la Costa del Pacífico es posiblemente una de las rutas más famosas del mundo. El recorrido de la carretera 101 está plagado de belleza natural, sobre todo en Oregon.
Y parte de ese recorrido nos lleva por un refugio natural como pocos: la Cueva de los leones marinos, la cueva marina más grande de Estados Unidos.
Este lugar es una reserva de vida silvestre y un santuario de aves, así como el hogar del león marino Steller y algunas focas. Los leones marinos machos pueden pesar más de una tonelada y crecer hasta 11 pies de largo, mientras que las hembras pesan entre 600 y 800 libras. Esta especie está protegida a nivel nacional.
Aunque miles de personas la visitan cada año, la Cueva de los leones marinos no es un zoológico, sino que los animales van y vienen cuando lo desean. Hay momentos en que los leones marinos abandonan las cuevas por completo, generalmente a finales del otoño, pero igualmente se les puede ver a los alrededores del lugar sobre los acantilados frente al mar.
Es en los meses de invierno cuando generalmente se pueden ver a cientos de leones marinos en la cueva, pero al llegar la primavera, que es el tiempo de reproducción y nacimiento, se mueven a las áreas de colonia _ las salientes rocas frente a la cueva _ y permanecen allí durante gran parte del verano.
Sea Lion Caves es una reserva de vida silvestre desde 1932, ubicado 11 millas al norte de Florence, otra pequeña ciudad de la hermosa costa de Oregon.
Esta atracción cuenta con un ascensor que lleva a los visitantes a la cueva marina, pero al ser de propiedad privada, ingresar tiene un costo. Sin embargo, caminar por las áreas a los alrededores es gratuito, y también desde allí se pueden ver a los leones marinos, sobre todo en el verano.
El costo para los adultos es de $14, mientras que los niños de entre 5 y 12 años pagan $8 cada uno. La tarifa para los adultos mayores de $13, y los niños de 4 años o menos entran gratis.
Aunque el elevador es de gran ayuda para bajar a la cueva, hay que considerar que se deben subir y bajar algunas escaleras.
Como lo dijimos, el lugar también es hogar de algunas aves. La gaviota occidental es la gaviota más común que se ve cerca de las cuevas, aunque también vive aquí la gaviota argéntea y de vez en cuando se ven gaviotas de California.
Todas ellas se alimentan de desechos y peces y son bastante mansas en presencia de humanos. Sin embargo, si un depredador como un águila o un halcón ingresa al área de anidación, las gaviotas los atacan de inmediato en grupos de 100 o más, ahuyentando a los intrusos. Aquí también se pueden encontrar cormoranes y algunas palomas.
Si tienes un poco de suerte podrás ver a las ballenas que pasan frente a la cueva. La ballena gris llega a pasar cerca de las cuevas en su viaje hacia el norte. Se les puede ver durante varios meses, aunque su patrón de migración es incierto para decir una temporada en particular. A veces, grupos pequeños de ballenas pasan el verano en las inmediaciones de las cuevas, alimentándose muy cerca de la costa.
Todavía menos común es el avistamiento de orcas en esta área, pero cuando llega a suceder no es muy placentero para los leones marinos. Este animal de color blanco y negro es de los pocos mamíferos marinos que ataca a otras especies marinas de sangre caliente, y se le ha visto cazando leones marinos en las cercanías, aunque su rango de caza es generalmente más al norte, en la costa de Washington.
Debido a la pandemia del coronavirus, las Sea Lion Caves (91560 Hwy. 101 N., Florence, OR 97439) están abiertas con una capacidad limitada, por lo que puede haber un tiempo de espera, además de que se requieren máscaras o cubiertas faciales para ingresar.
Sus horas de operación son entre las 9 de la mañana y las 6 de la tarde, por lo que se recomienda llegar antes de las 5 pm para poder hacer el recorrido de la cueva.
Alejandro Cortés