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¿Se necesitaba una pandemia para que la gente entendiera el valor de las actividades al aire libre?
Tal vez nunca lo sepamos, pero es uno de los aspectos positivos de uno de los peores episodios en la historia reciente de la humanidad. Incluso con millones de personas siendo vacunadas alrededor del mundo todos los días, todavía es difícil planear una actividad sin tener en mente el COVID-19.
Desde diciembre del 2019, el mundo ha estado bajo la amenaza de un virus silencioso y altamente contagioso que obligó no solo a las personas, sino a países enteros a replantearse incluso las cosas más elementales, incluida nuestra interacción con la naturaleza.
La mayoría de las investigaciones indican que el coronavirus se transmite más fácilmente en interiores que en exteriores, por lo que estar al aire libre no solo es agradable, sino que potencialmente puede ayudar a salvar vidas, siempre y cuando lo hagamos de forma responsable.
Desafortunadamente sigue siendo cierto que el COVID-19 todavía se puede propagar en cualquier lugar donde alguien pueda entrar en contacto cercano con una persona infectada, pero contagiarse es particularmente más probable en lugares interiores mal ventilados y concurridos. Es un hecho que el riesgo de transmisión en exteriores es mucho menor que en interiores.
Con base en ello y lo que sabemos sobre el virus, muchas personas se han visto obligadas a pasar la mayor parte del día en sus hogares, por lo que salir a la calle se ha convertido en un escape. Entre algunos de los beneficios de la pandemia están que mucha gente encontró nuevos pasatiempos que los llevaron al exterior o les hicieron adoptar hábitos más saludables.
De hecho, un estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte encontró que jugar al aire libre y las actividades en medio la naturaleza ayudaron a mitigar algunos de los impactos negativos en la salud mental de la pandemia entre los adolescentes.
Los resultados del estudio mostraron que las tendencias de bienestar y recreación al aire libre estaban vinculadas, y las tendencias negativas que vieron durante la pandemia para el bienestar y la participación en la recreación al aire libre fueron evidentes independientemente de la raza, el género, la edad, el tipo nivel económico o la región geográfica donde vivían los adolescentes.
Los investigadores dijeron que los hallazgos, publicados en la Revista Internacional de Investigación Ambiental y Salud Pública, apuntan a que las actividades en la naturaleza son una herramienta que ayuda a los adolescentes a enfrentar los principales factores que los estresan.
Con la llegada de una segunda primavera en medio de la pandemia, los estadounidenses una vez más buscarán pasar más tiempo al aire libre como una forma de convivir con su familia y amigos, así como disfrutar del clima más cálido mientras intentan mantenerse a salvo del virus, en particular en Oregon y Washington, donde las opciones de actividades al aire libre son incontables.
Sin embargo, también es importante tomar en cuenta que para realizar dichas actividades, todos debemos tener ciertas precauciones: mantener al menos seis pies de distancia con otras personas, usar cubrebocas si se está cerca de alguien, lavarse las manos con frecuencia y asegurarse de que no tiene síntomas de COVID-19 antes de salir.
A continuación, enlistamos algunas de las recomendaciones hechas en este rubro por la Autoridad de Salud de Oregon, así como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades:
- Cuando planifique salidas, trate de evitar las horas pico y los lugares muy concurridos; tome rutas que estén menos congestionadas siempre que sea posible.
- Considere llevar un desinfectante de manos con al menos un 60 por ciento de alcohol, toallitas desinfectantes, pañuelos desechables, máscaras de tela adicionales y una bolsa resellable para guardar la máscara mientras no esté en uso (por ejemplo, mientras come o bebe).
- Antes de salir de casa, asegúrese de que todos los miembros de la familia se sientan bien y no presenten síntomas.
- Recuérdele a su grupo que deben seguir las precauciones cuando estén al aire libre, como mantenerse al menos a seis pies de distancia de los demás, usar una máscara cuando estén cerca de personas fuera de su hogar, no tocarse la cara (ojos, nariz, boca) o la superficie de la máscara, y lavarse o desinfectarse las manos con frecuencia.
- Si decide comer al aire libre, traiga su propia comida y utensilios. Si esto no es posible, elija la opción de comida más segura, como comida para llevar en lugar. No olvide lavarse o desinfectarse las manos antes de comer.
- Una vez que regrese a casa, asegúrese de primero lavarse las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos.
Alejandro Cortés