Vive NW
En el siglo comprendido entre la década de 1740 y 1840, varias naciones europeas compitieron entre sí y con los pueblos nativos para tomar el control del área que hoy se conoce como el noroeste del Pacífico estadounidense y la costa oeste de Canadá.
Pero la contienda terminó en 1846, cuando los estadounidenses y los británicos se dividieron la mayor parte de la región al trazar un límite entre Canadá y Estados Unidos en el paralelo 49; otro evento clave ocurrió cuando Rusia le vendió Alaska a Estados Unidos en 1867.
Sin embargo, la influencia europea se hizo notar en algunos lugares del noroeste del Pacífico. Y hay una pequeña ciudad con una marcada tendencia europea: nos referimos a Leavenworth, un poblado con un inusual entorno alpino, ubicado en la zona central de Washington.
Leavenworth es como un ‘pedacito’ de Alemania. No por nada esta ciudad con aromas del ‘Viejo Continente’ aparece regularmente en las listas de lugares que no se pueden dejar de visitar en el noroeste del Pacífico. De hecho, Leavenworth fue catalogado por National Geographic como una de ‘Las próximas cincuenta grandes ciudades de aventuras’.
Este pueblo en las montañas Cascade es de un estilo bávaro, con edificios de arquitectura alpina y restaurantes que sirven cerveza y comida alemanas sobre Front Street. El Museo del Cascanueces cuenta con una muestra de miles de cascanueces, algunos de los cuales se remontan a varios siglos.
En algún punto en la historia esta fue una próspera ciudad, la cual logró sobrevivir gracias a la minería y la madera, pero cuando esos impulsores económicos colapsaron, la ciudad entró en declive. Sin embargo, en la década de 1960 sus autoridades optaron por un plan para revitalizar la ciudad con un auténtico estilo bávaro.
Los edificios debían ajustarse al tema de la ciudad, e incluso las cadenas nacionales debían tener un letrero tallado en madera –los negocios aquí no tienen letreros de neón iluminados.
Esta arquitectura de temática bávara atrae a muchos turistas de Seattle –ubicado 115 millas al oeste– y sus alrededores, especialmente durante épocas populares como el Oktoberfest y las ceremonias de iluminación navideña. Pero, aunque el tema alemán de la ciudad es lo más popular, Leavenworth es mucho más que pretzels y cerveza.
Además del Oktoberfest, la ciudad ha agregado festivales estilo alemán durante todo el año, incluidos MaiFest, Kinderfest, Christkindlmarkt, Autumn Leaf Festival, entre muchos otros.
Con un sol interminable, el verano en Leavenworth es el momento perfecto para montarse en una llanta o una tabla de remo y flotar por las tranquilas aguas de Icicle Creek; si te sientes aventurero, puedes probar el rafting en rápidos. Pero si prefieres observar la fauna, el Parque Waterfront –cerca del río Wenatchee– es un hábitat de águilas pescadoras.
Ubicado en la milla 99 del histórico Highway 2, el pueblo bávaro es perfecto para cualquier aventura, desde andar en bicicleta, montarse en un bote, practicar senderismo o simplemente disfrutar de una copa de vino local o la comida germana.
Si vienes desde Portland, es mejor que planees quedarte al menos dos días, ya que el recorrido es de unas 290 millas y toma alrededor de cuatro horas y media para llegar, pero parte del atractivo es quedarte en uno de esos hoteles de estilo europeo. ¡La manejada definitivamente vale la pena!
Alejandro Cortés